MENTAL, LA UNIÓN DE
ONTOLOGÍA Y
EPISTEMOLOGÍA

“No puede haber verdadera separación entre cuestiones de sustancia y cuestiones de significado” (Quine)

“La teoría del conocimiento es la psicología de la filosofía” (Wittgenstein, Tractatus 4.1121)

“Un rasgo curioso del problema ontológico es su simplicidad” (Quine)



La Dualidad Ontología - Epistemología

La ontología es una rama de la filosofía que estudia lo que existe, el ser.

La epistemología es otra rama de la filosofía que estudia lo que es el conocimiento, sus límites, qué tipo de cosas podemos conocer y cómo las conocemos. La epistemología es la rama dominante en filosofía.

Según estas definiciones, ontología y epistemología son disciplinas filosóficas opuestas o duales, los dos polos de una misma cosa, una exterior (ontología) y otra interior (epistemología).

El vocabulario griego tiene 5 términos referidos al tema del conocimiento: En el misticismo, el término “gnosis” significa conocimiento trascendental o espiritual. A veces a la epistemología también se la denomina “gnoseología”.


La problemática de la epistemología y de la relación ontología-epistemología

La epistemología es una rama polémica de la filosofía porque el conocimiento −un concepto filosófico fundamental− se resiste a ser definido y explicado. Las cuestiones que se plantean son:
Las corrientes filosóficas unificadoras

Nos interesa especialmente las corrientes filosóficas unificadoras en el tema de la realidad. Hay 4 tendencias principales:
  1. Realismo. La realidad es material, física. Hay un mundo objetivo independiente de nuestras percepciones, teorías e interpretaciones.

  2. Idealismo. La realidad es mental. Todo debe interpretarse desde el punto de vista de la mente, que es un punto de vista superior al físico. El idealismo adopta diversas formas. Las formas más destacadas de idealismo son las de Berkeley, Kant, Hegel y Husserl.

  3. Mente y materia son distintas pero ambas tienen la misma estructura. Ontología es lo mismo que epistemología.

  4. Todo es conciencia, que se manifiesta en los diferentes niveles de la creación, desde la mente hasta la materia.

Las diferentes concepciones de la epistemología y de la relación ontología-epistemología

Existen numerosas concepciones del conocimiento. Seleccionamos las siguientes:
MENTAL, la Unión de Ontología y Epistemología

La nueva revolución copernicana de la conciencia

Con MENTAL, el nuevo centro, el centro absoluto, no es el mundo interno (la mente) ni el externo (el mundo físico), sino un nivel más profundo, que son los arquetipos primarios, los arquetipos de la conciencia, que son también categorías filosóficas y las primitivas semánticas universales del lenguaje. A partir de estas categorías construimos internamente el mundo. Desde esta perspectiva superior, los problemas filosóficos y científicos se resuelven, se simplifican o se clarifican.


Conocimiento y arquetipos primarios

La realidad es incognoscible, pero podemos acceder a los arquetipos primarios, que conectan el mundo interno (subjetivo) con el mundo externo (objetivo), lo inmanifiesto y lo manifiesto. Estos arquetipos primarios son el fundamento de nuestra percepción y de nuestro conocimiento.

El conocimiento se construye a partir de los arquetipos primarios, que son formas o patrones generales sin contenido, sobre los que se asignan contenidos específicos para formar conceptos e ideas. Como los arquetipos primarios son intuitivos, el conocimiento está ligado a la intuición. El conocimiento surge a partir de intuiciones fundamentales. Es básicamente el pensamiento de Platón.

La noesis y noema de Husserl se pueden asociar, respectivamente, a los arquetipos primarios y a las manifestaciones concretas de esos arquetipos, que es el contenido del conocimiento. Los arquetipos primarios son el fundamento de la unidad del conocimiento buscada por Husserl.

Hay una realidad objetiva y común a todos los seres humanos y a la naturaleza, que une lo interno y lo externo. La verdadera realidad reside en los arquetipos primarios, la fuente generadora de todo lo existente, tanto físico como mental.

Con el modelo de los arquetipos primarios, ciencia y filosofía convergen, pues se fundamentan en los mismos principios.

La naturaleza parece seguir el principio de la navaja de Ockham (“la teoría más simple es la que tiene mayor probabilidad de ser verdadera”). La naturaleza usa los modelos más simples, los de más conciencia, los más profundos, los más compactos, los que utilizan los menores recursos. Simplicidad, verdad y conciencia convergen.


Kant, Hegel y Husserl

Para Kant las categorías son independientes entre sí. En MENTAL también son independientes; son como dimensiones, pero se relacionan en el lenguaje, que es universal.

Hegel hablaba de que todas las cosas de la realidad son aspectos del espíritu o absoluto. En MENTAL se habla de manifestaciones de los arquetipos de la conciencia, los arquetipos primarios.

Para Hegel, las categorías son dialécticas. En MENTAL, las categorías están estructuradas como pares de opuestos o duales. Y su síntesis reside en el lenguaje que conecta y combina las categorías.

Para Hegel, la verdad, la auténtica realidad, es el todo. En MENTAL, lo real es lo profundo, representado por los arquetipos primarios, de los cuales emana lo superficial.

En Hegel el proceso dialéctico es ascendente. En MENTAL el proceso es descendente: desde lo universal (inmanifiesto) a lo particular (manifiesto). El concepto de opuesto es de tipo superficial. Por lo tanto, una escala ascendente de conceptos, sus opuestos y sus síntesis no tiene sentido. Los opuestos aparecen en los arquetipos primarios. No todo concepto tiene su opuesto, pero siempre tiene lo complementario, lo que no es. El principio subyacente no es la contradicción, sino la dualidad. Lo que Hegel llama “momentos” son realmente manifestaciones de los arquetipos primarios.


La unión mente-naturaleza

Existe unión entre ontología y epistemología, entre mente y naturaleza, entre lo interno y lo externo, lo subjetivo y lo objetivo. Esa unidad proviene de que mente y naturaleza comparten los mismos arquetipos primarios abstractos: la naturaleza, a nivel profundo es abstracta, y nuestra mente funciona también con las mismas abstracciones profundas de la naturaleza. Estos arquetipos abstractos son las primitivas semánticas universales de MENTAL.

Al unir estos dos conceptos opuestos (ontología y epistemología) estamos reflejando el mecanismo de la conciencia, donde las categorías de la realidad externa y las categorías del conocimiento (la realidad interna) coinciden.

Si la naturaleza ha sido capaz de modelar y construir sofisticadas estructuras, también nosotros somos capaces de hacerlo porque compartimos con la naturaleza los mismos mecanismos primarios.

El hombre puede entender los mecanismos primarios de la naturaleza porque ya los tiene implementados en su mente. Y estos mecanismos están interrelacionados en un lenguaje universal.


La unión mapa-territorio

Nuestras observaciones de la realidad están limitadas por los sentidos. Filtramos la realidad y obtenemos una visión subjetiva, un mapa incompleto. A nivel superficial, cuando el mapa refleja solo ciertos aspectos de la realidad, vale la famosa frase de Korzybski “El mapa no es el territorio”. Pero cuando el mapa refleja lo profundo de la realidad, su estructura, esta frase hay que sustituirla por “El mapa es el territorio”, como decía Heinz von Foerster. Ambas son la misma cosa, pues en este caso el mapa captura la esencia (el ser) de la realidad, que es la propia realidad.


La unión de los opuestos

Kant fue el primero en unir lo objetivo y lo subjetivo. El factor mediador son sus famosas categorías filosóficas. Consideraba que lo objetivo estaba condicionado por lo subjetivo. El modelo de los arquetipos primarios es más universal y más simple: mundo objetivo y mundo subjetivo comparten los mismos arquetipos primarios, que son también categorías filosóficas y que son las primitivas semánticas universales de MENTAL.

Estas categorías, no solo unen los opuestos de subjetivo y objetivo, sino que unen en general las características de los dos modos de conciencia básicos ligados a los hemisferios cerebrales: el hemisferio izquierdo (analítico, racional, reduccionista, objetivo, etc.) y el hemisferio derecho (sintético, intuitivo, holístico, subjetivo, etc.). MENTAL une gnosis y praxis.


Intersubjetividad e interobjetividad

Gracias a los arquetipos primarios comunes, diferentes sujetos comparten el mismo modelo mental. Se produce intersubjetividad (o trans-subjetividad). El modelo mental es invariante, es siempre el mismo, independientemente de sus múltiples implementaciones o manifestaciones en los objetos.

Dada la identidad entre ontología y epistemología, también hay interobjetividad (o trans-objetividad) de representaciones internas del mundo externo.


Vuelta a la filosofía natural

Desde Aristóteles hasta la aparición de Descartes, filosofía y ciencia no estaban separadas. Con Descartes apareció el dualismo mente-cuerpo y la separación de sujeto y objeto. Posteriormente, con Newton, con el surgimiento de la modernidad, la ciencia se convirtió en un conocimiento empírico, objetivo, del mundo material, y la filosofía se estableció como “metafísica” en sentido literal, es decir, “más allá de la física”. No obstante, la famosa obra de Newton “Philosophiaae Naturalis Principia Mathematica” hacía referencia a la filosofía natural. Newton no era un “científico” tal y como lo entendemos hoy, empezando porque este término fue utilizado por primera vez en 1833 por William Whewell durante una reunión de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia.

Con MENTAL volvemos a la filosofía natural, al espíritu de Heráclito, uniendo los dos polos que nunca deberían haberse separado: lo objetivo y lo subjetivo, lo interno y lo externo, pues ambos son la misma cosa. Esto es posible porque las cosas se contemplan desde un punto de vista profunda, de máxima abstracción.

Esto hace posible una ciencia natural basada en arquetipos primarios. En definitiva, una filosofía natural donde se diluyen las fronteras: las estructuras o modelos se interpretan naturalmente en términos de los arquetipos primarios.



Adenda

La teoría de la justificación

La teoría de la justificación es una parte de la teoría del conocimiento que se ocupa del apoyo o respaldo que posee una creencia, sea formal o informal. A partir de la definición de Platón de conocimiento como “creencia verdadera justificada”, generalmente se considera que disponer de una justificación es requisito indispensable para que una creencia constituya conocimiento legítimo, es decir, que sea considerado válido. Justificaciones son: el fundamento, la explicación, la demostración, la razón, la garantía, el aval, etc.


El problema de Gettier

El conocimiento es un concepto filosófico fundamental, pero se resiste a ser definido y explicado. Siempre se pensó que este concepto era algo evidente y que no necesitaba una definición, y si se definía tenía que ser muy simple. En 1963, el filósofo Edmund Gettier [1963] publicó un breve artículo (de tres páginas) titulado “Is Justified True Belief Knowledge?” (¿Es la creencia verdadera justificada un conocimiento?) −que se convirtió en uno de los más famosos de la filosofía analítica contemporánea− Gettier cuestiona el concepto de Platón de “creencia verdadera justificada”, refutando la identificación de creencia verdadera justificada con conocimiento.

Los filósofos, estimulados por el artículo de Gettier, constataron de que la definición de conocimiento no es ni evidente ni simple. Desde entonces, se han propuesto muchas definiciones de conocimiento, pero todas ellas no son suficientemente sólidas, pues son vulnerables a contraejemplos. La cuestión de lo que es el conocimiento se denomina “problema de Gettier”.

Efectivamente, el conocimiento no se puede explicar, como no puede explicarse la conciencia, la verdad y el significado. El conocimiento es algo interno por naturaleza y explicarlo (sacarlo a nivel externo) no tiene sentido porque perdería su naturaleza y sería algo paradójico (que sea interno y externo al mismo tiempo). El conocimiento está muy vinculado a la conciencia. La única solución es acudir a los arquetipos primarios, que conectan el mundo interno con el externo.


Bibliografía